19 mar 2014
Según el coordinador general de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos, Larry Álvarez, "estos templos constituyen una muestra del incalculable valor de nuestro patrimonio, razón por la cual el Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico ha puesto en marcha esta acción para darlo a conocer entre la ciudadanía".
Desarrollada junto a la Diócesis de Canarias y al doctor en Historia Pedro Quintana Andrés, que guiará los recorridos, la ruta contempla, para los próximos meses, visitas a varias ermitas de Las Palmas de Gran Canaria (Espíritu Santo, San Pedro y Nuestra Señora de la Encarnación, San Antonio Abad y Nuestra Señora de los Reyes), así como a las de Nuestra Señora de la Concepción (Santa Brígida); Nuestra Señora de las Nieves (Agaete); San Bartolomé (Moya); Nuestra Señora de Guadalupe (San Bartolomé de Tirajana) y Nuestra Señora de la Concepción (Telde).
La primera visita tendrá lugar la próxima semana (día 25, a las 17.00 horas) a la ermita del Espíritu Santo, en el corazón del capitalino barrio de Vegueta, tendrá una duración de 90 minutos y requerirá inscripción previa a través de los canales habituales (Oficina de Información y Atención al Ciudadano del Cabildo de Gran Canaria, en la planta baja de la Casa-Palacio Insular; el teléfono 928 21 92 29; el fax 928 21 94 25 o a través del formulario web desde mañana, 20 de marzo, hasta el día 24.
El encargado de guiar las visitas, Pedro Quintana Andrés, es doctor en Historia Moderna y autor de varios libros, lo que, junto a su participación en cerca de un centenar de publicaciones y a su participación en eventos nacionales e internacionales le ha valido premios como el "Juan Bautista Lorenzo" (1995, Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma); el "Viera y Clavijo" de Historia (1996, Cabildo Insular de Gran Canaria) o el Premio Extraordinario y el de Mejor Tesis Doctoral de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (1997).
ESPÍRITU SANTO. Originalmente, la construcción se hallaba en los extramuros de la ciudad, junto a su Muralla Norte, pero el ataque holandés de 1599 la redujo a escombros. A mediados del siglo XVII, la Iglesia autorizó levantarla de nuevo y con fondos privados, esta vez, en su actual ubicación. Su cercanía al Ayuntamiento y a la Plaza de Santa Ana, su carácter céntrico y su uso para la molienda y el depósito de harina, hicieron de ella una de las edificaciones más populares de la capital. De su interior, destaca la presencia de un Cristo de tamaño natural, realizado en pasta por un autor desconocido y que, cada año, sale en procesión llevado por la Real Cofradía del Santísimo Cristo del Buen Fin.
Contacto e información
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